17 de Diciembre 2018. El Valle del Genal un “Natural asset geológico” de primer orden mundial. Aula museo de geología Málaga

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17 de Diciembre 2018. El Valle del Genal un “Natural asset geológico” de primer orden mundial. Aula museo de geología Málaga

Palabras Clave Educativa: Natural Asset, Valle del Genal, Zonas Internas, Peridotitas de Ronda, Geomorfología, valle alpino, Sierra Bermeja, Complejo Alpujárride, valles en V, coladas de gelifracción, metamorfismo regional, catazona.

El pasado Lunes día 17 de Diciembre realizamos un itinerario geológico-paisajístico al norte de Estepona, desde el Puerto de Peñas Blancas al fondo de valle del río Genal y Almarchal entre los términos de Genalguacil y Jubrique. Nada más el recorrido por la carretera de montaña de Jubrique (33km desde Estepona), representa en sí mismo un desafío abismal a la naturaleza y a las comunicaciones entre poblaciones, con un paisaje y escenario pictórico de primer nivel.

Un valle alpino reciente creado en el periodo Terciario Oligoceno (22Mll de años) y en evolución permanente de laderas acusadas e inestables, desde la descompresión Mioceno y Cuaternario, con enormes desniveles de equilibrio precario, donde las peridotitas de Sierra Bermeja ocupan la posición más privilegiada. En definitiva, un “Natural Asset” para el turismo geológico malagueño, de primer orden mundial, vilipendiado por la ignorancia de quienes no saben sacar partido del potencial y los recursos naturales de una región.

Con un espesor de lámina de peridotitas de 1.5km, el macizo de Sierra Bermeja brinda una oportunidad única de observación del paisaje alpino a geólogos y visitantes; un mirador sobre el Estrecho de Gibraltar al sur y la Serranía de Ronda al norte, la evolución del Mar de Alborán en el límite occidental del Mediterráneo, que encierra un auténtico parque geológico alpino al alcance de todos y a escasos kilómetros de la linea de costa. Tocamos en superficie como un libro abierto, los materiales ígneos que se formaron en las cámaras magmáticas del  interior del Manto Superior a enormes temperaturas (1000-1200ºC) y presiones (20-25kb) de hace millones de años.

El 90% de este macizo está constituido por peridotitas alpinas muy tectonizadas y serpentinizadas instaladas en la superficie mediante cizallamiento intralistosféricos, que arrastraron durante su lento enfriamiento materiales de las unidades basales de la corteza profunda, cabalgándolos a su vez sobre unidades de la corteza más superficial. Las peridotitas siempre alteradas y de textura granoblástica por la hidratación y erosión del olivino, aparecen intercaladas con piroxenitas, capas máficas de gabros y noritas, diques leucocráticos, y proporciones variables de dunitas y harzburguitas. Siempre nos muestran su color rojo impreso en el paisaje por el óxido de hierro (limonita-hematites) y los minerales serpentínicos hidrotermalizados de sus fisuras (antigorita, lizardita, crisotilo y talco).

Por el itinerario y haciendo paradas con observaciones, tocamos hacia el norte los contactos mecánicos entre las peridotitas de Ronda y las envolturas metapelíticas Alpujárrides del metamorfismo catazonal, con secuencias de gneises kinzigiticos, gneises con cordierita en los cortes del Río Almarchal, y las granulitas de anatexia en el puerto de Peñas Blancas. Materiales que han sufrido tras la exhumación en la corteza, la violencia de los plegamientos alpinos desde su emplazamiento en el Oligoceno hasta el Mioceno inferior, y la posterior descompresión del macizo todavía en evolución buscando el equilibrio de formación del relieve.

Observamos el fondo de valle enérgico lleno de gleras rocosas de orden métrico, y laderas descomprimidas a  menudo muy peligrosas y desafiantes gravitantes en el vacío, repletas de coladas de gelifracción antiguas y coluviones de bloques rocosos, sueltos inestables, que tributan a los ríos de la zona como el Almarchal, Monardilla y Genal. La carretera en sí, tortuosa y peligrosa, donde los riesgos geotécnicos y los desastres naturales por deslizamientos, desprendimientos y pérdidas de plataformas por la erosión constituyen un desafío inquietante a las poblaciones locales, configura un lugar de observación privilegiado.

En definitiva, un valor geológico de primer orden todavía salvaje e intacto, que reclama a voces su puesta en escena sostenible con el respeto al medio ambiente, su conocimiento y la potenciación del recurso local como fuente de riqueza.

 

 

 

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