27 de Octubre 2016. El Cuarzo azul de Antequera una rareza mineralógica excepcional a nivel mundial

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27 de Octubre 2016. El Cuarzo azul de Antequera una rareza mineralógica excepcional a nivel mundial

En el año 1996 y tras unos reconocimientos previos en 1985 en la zona de Olvera por un grupo de estudiantes de geológicas de la Universidad de Granada, se descubrían en la zona de Antequera (Málaga), unas rocas básicas subvolcánicas compactas de tonos verdes, llamadas en la literatura geológica “ofitas” (doleritas holocristalinas), que contenían excelentes cristalizaciones de una hermosa variedad de cuarzo cristalizado de color azul. Las rocas ofitas descritas presentaban términos petrológicos muy diversos con texturas predominantemente afaníticas,  y en menor proporción faneríticas e incluso porfídicas, con términos composicionales desde basaltos augíticos típicos a términos mas granudos y ricos en plagioclasa cálcica tipo “gabros”. El artículo publicado en la revista USA Mineralogical Record Vol27. Nº2 Marzo-Abril 1996 supuso en aquel momento, un hito en la mineralogía andaluza y española en un periodo donde tanto el volumen de información geológica-mineralógica disponible – escasos -, como los medios de identificación mineralógica por técnicas sofisticadas resultaban complejos y costosos. Las tonalidades del cuarzo oscilaban entre el azul-ultramar al celeste y aparecían los conjuntos cristalinos acompañados de un mineral fibroso costroso denominado “aerinita”, recubierto a su vez por arcillas pardo-rojizas y carbonatos costrosos. Junto al cuarzo se encontraron mineralizaciones de hematites lenticulares “iron rose”, ankerita, dolomita, yeso y siderita. La aerinita o mas concretamente una ferroaerinita aparecía en las fisuras hidrotermalizadas y juegos de juntas de una roca ofita meteorizada, vinculando tal proceso a la formación del cuarzo azul – mineral secundario frente a la paragénesis primaria de la roca-, dado que éstos rara vez se asociaban a ofitas sanas o “in situ” como explicaremos. Análisis posteriores al año 2000, también confirmaron la presencia de anfíboles monoclínicos celestes sódicos-magnésicos del grupo de la crocidolita-magnesioriebeckita de tipo “asbestiforme“, en algún caso intercrecidos o contaminados con la aerinita costrosa como se muestran en las fotografías siguientes, y acompañando al cuarzo.

Las rocas ofitas fueron intruidas en los materiales del Trias Keuper (litológicamente compuestos por secuencias caóticas de yesos, dolomías, argilitas, areniscas y carniolas) durante episodios extensionales de rifting continental, es decir adelgazamientos corticales relacionado con la fracturación y separación del gran supercontinente Pangea que permanecía unido en el Pérmico, y que acontece a partir del  periodo Triásico (200 Mll años). La serie del Trias superior en este sector heterogénea, compleja y caótica, con predominio de los yesos sacaroides y las sales “evaporitas”, carniolas y dolomías, fue originalmente sedimentada en mares someros, o ambientes continentales de transición tipo “lagoon” a marino-marginales con abundante evaporación en climas áridos.

Durante la fragmentación y evolución de la Pangea y especialmente ya en el periodo Jurásico-Cretácico, se desarrollan emisiones de magmas básicos basálticos (Piroxeno augítico-Plagioclasa) desde niveles de la corteza oceánica que ascienden a superficie por zonas de fractura, enfriándose de forma progresiva intermedia (rocas hipoabisales), y que intruyen las masas del Keuper.

Una vez enfriadas (presencia de tension cracks ortogonales) y posteriormente a la intrusión básica principal, las rocas volcánicas fueron hidrotermalizadas en una segunda etapa por soluciones tardías ácidas ricas en sílice libre residual, de menor temperatura, que rellenaron las fisuras de enfriamiento y formaron las bellas venas de cuarzo cristalino así como procesos carbonáticos con aportación de hierro. Nuevamente episodios de traslación de mantos de corrimiento olistostrómicos acontecidos durante la orogenia alpina a lo largo del Terciario, generaron brechas y desmembramiento de los afloramientos ofíticos originarios (foto superior) y de las propias secuencias plásticas del Keuper yesífero (aglomerados, brechas olistostrómicas yesíferas), dejando regueros de olistolitos decamétricos aislados mineralizados en el terreno, a lo largo de los afloramientos de arcillas detríticas con yesos del Keuper malagueño del manto de Antequera-Olvera.

Por ello, podríamos afirmar que el cuarzo azul en estos afloramientos, casi nunca aparece en las ofitas in situ” o digamos pitones intrusivos enraizados de mayor tamaño por otra parte escasos (Fuente Camacho en Salinas, Bobadilla, Archidona, etc..), sino en los bloques aislados inconexos y desenraizados “embutidos” en la masa yesífera relacionados con tal proceso tectónico traslacional y mineralógico.

A nivel de Andalucía y en el territorio nacional aunque existen otros yacimientos destacables en el Trias Keuper de las provincias de Cádiz (Olvera, Torrealháquime, Algodonales,) y Castellón (Altura), los cuarzos azules de Málaga (con citas persistentes en los municipios de Antequera, Archidona, Campillos y Almargen) fueron los primeros en descubrirse en sus afloramientos originales y por tanto los que dieron nombre a su denominación de origen “Cuarzo azul de Antequera“, lo que unido a su elevado valor científico aún por descifrar algunas lagunas, merecen todo este reconocimiento de “Hito mineralógico mundial“.

La grandeza de dichas formas cristalinas, en hábitos dipiramidales, tabulares y pseudocúbicos o romboedro deformado; su alta calidad y cristalinidad, y su hermoso color azul con rangos de dispersión variables desde el celeste al azul indigo, hacen considerar a estos yacimientos malagueños como únicos en el mundo por su belleza cristalográfica y contexto geológico.

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