3 de Mayo 2018. Lateritas niquelíferas de Mijas. Una fuente de níquel aún desconocida. Aula museo de geologia (Málaga)
Palabras Clave Educativa: Sierra de Mijas, lateritas niquelíferas, saprolito, Peridotitas, Orogenia alpina, Oligoceno, manto sublitosférico, zona de cizalla, meteorización, lixiviado, nimita, garnierita
Una de las misiones que trazó el aula museo de geologia Minerales y Tesoros de la Tierra de Málaga desde su puesta en escena, fue la difusión de la geología minera y su conocimiento a escala provincial, como fuente de riqueza y desarrollo local. En esta ocasión una disciplina, la geología minera, tan maldecida por el enfrentamiento con el medio físico pero al mismo tiempo fuente necesaria de materias primas para el desarrollo económico-social de una región.
En el siguiente reportaje, ofrecemos una parada geológica en la zona de la Apófisis del Macizo de serpentinitas de Mijas (8km2) para estudiar y observar las lateritas niquelíferas asociadas a peridotitas serpentinizadas del tipo lherzolitas-dunitas y sus procesos de destrucción por meteorización química e intenso lavado, que allí aparecen en zonas de fractura de borde. La importancia económica en el mundo de las lateritas son indicativas a la hora de investigar concentraciones explotables de oro o níquel en horizontes alterados y descompuestos del terreno peridotitico o serpentínico, llamados “saprolitos”, procesos que han sido observados en numerosos puntos de los bordes meteorizados de los macizos ultramáficos malagueños (Ojén, Marbella, Alhaurin, Coín, MIjas, etc..).
En los sectores visitados de la zona de Mijas y Alhaurín (Pto. Pescadores), tanto en los contactos mecánicos (cabalgamientos shear zones, etc…) con unidades catazonales de la corteza profunda (gneises AP-AT, granulitas,etc..) como en procesos relacionados con su historia geológica (exhumación de los macizos, plegamiento, exposición a la intemperie, etc..) asociados a zonas de fracturas con humedad persistente, se han generado fenómenos de intenso lixiviado-lavado en las peridotitas, con formación de suelos residuales lateríticos a veces encostrados, enriquecidos en hierro y aluminio que apenas migran por descensum, a diferencia del níquel o el cobre. Este proceso químico asociado a los agentes climatológicos donde hay ciclos alternantes húmedos-secos que entrañan una intensa descomposición mecánica de la estructura de la roca madre, pueden dar lugar a concentraciones de níquel significativas provenientes de los silicatos de la roca original.
Las lateritas de níquel se forman en áreas donde las rocas ultramáficas meteorizadas que contienen olivino-piroxenos se descomponen, liberando trazas de metales que pueden dar origen a reservas importantes de níquel y cobalto. El níquel procede de la descomposición del olivino tipo forsterita el cual contiene entre 0.16-0.40% Ni. En este tipo de lateritas malagueñas, predominan las de tipo enriquecidos en silicatos hidratados de níquel y magnesio conocidas genéricamente como “garnieritas”. Resultan en dicho proceso, silicatos niquelíferos del grupo de la serpentina, talco, cloritas niquelíferas (serie nimita-schuchardita) y sepiolita donde pueden llegar a concentrarse entre 1.8-2.5% de Níquel. Las concentraciones de níquel en estas lateritas pueden aparecer en uno o varios horizontes del perfil laterítico del terreno, nidos permeables y controlados por factores como la intensidad de la meteorización y el grado de descomposición de la roca, la climatología local, la tectónica, zonas de fallas y familias de juntas, y el drenaje local.
En definitiva, unos procesos geológicos fascinantes aún por explorar en detalle en nuestra provincia, finalmente delatadores de la inmensa riqueza en metales estratégicos de estos macizos de peridotitas y su compleja evolución geológica.
