24 de Julio 2020. El Chorro-Parque Ardales (Álora-Ardales) un patrimonio geológico internacional en el Alto Guadalhorce. Aula museo de geología (Málaga)
Palabras clave educativa: Contacto Zonas Externas-Zonas Internas, Subbético Interno, cuenca geosinclinal, Antepaís ibérico, Complejo Alpujárride, Bloque de Alborán, calizas, Jurásico, Lias-Oxfordiense, margas y margocalizas, Cretácico superior, molasas, Tortoniense, patrimonio geológico, congreso geológico internacional.
El pasado 24 de Julio abordamos un Geotour extraordinario por la comarca del Alto Guadalhorce, una región con auténticos hitos de la geología malagueña que dibujan un relieve colosal en el paisaje, fruto de una historia evolutiva convulsa en los acontecimientos geológicos de las Cordilleras Béticas. Al mismo tiempo un paraje excepcional objeto del XIV Congreso Geológico Internacional de 1926, que posee la clave que permite adentrarse e interpretar los ciclos orogénicos del contacto entre las Zonas Externas – el dominio sedimentario marino geosinclinal al sur de Antepais Ibérico -, y las Zonas Internas – el dominio metamórfico mas deformado y profundo de materiales corticales, el Bloque de Alborán o Mesomediterráneo – de dicha cordillera.
Desde el punto de vista geológico, en el Chorro se produce la convergencia tectónica de los grandes dominios de la Cordillera; las Zonas Externas (unidades sedimentarias plegadas del antiguo surco geosinclinal) y las Zonas Internas (Bloque de Alborán, de materiales mas antiguos y metamorfizados).
Efectivamente, la aproximación violenta hacia Iberia del bloque desgajado de Alborán (Bloque mesomediterráneo, ver figura arriba) en el Mioceno inferior levantó y plegó aquellos fondos marinos adyacentes al borde de la Placa Ibérica – el antiguo Mar de Thetys -, generando pliegues enormes, fallas y cabalgamientos de unas unidades sobre otras. Los relieves del Chorro están por ello constituidos por el dominio estratigráfico de las Zonas Externas de las Cordilleras Béticas, el Dominio Subbético Interno, el potente surco geosinclinal plegado que se situaba al sureste del Antepaís Ibérico, con predominio de las rocas sedimentarias marinas (calizas oolíticas, calizas nodulosas, margocalizas) de los periodos Lías-Oxfordiense (Jurásico inferior-Superior) y las capas rojas del Cretácico superior-inferior con margas y margocalizas asalmonadas. Una vez que se fragmenta la gran Pangea, rodeada por el antiguo mar Panthalassa a partir del límite Triásico-Jurásico, (200Mll.años) se produce el rifting, adelgazamiento extensional cortical y la fracturación del gran supercontinente, acompañada de masivas erupciones volcánicas a nivel mundial. Esta fracturación permite el incipiente origen de mares y apertura del océano Atlántico, que posteriormente durante el Terciario y relacionado con el acercamiento de la placa africana – Bloque de Alborán – sobre la placa ibérica, individualizaría el futuro Mar Mediterráneo del antiguo PaleoThetys. Hacia el sur de la estación, nos encontramos el dominio del Bloque de Alborán que contiene el contacto tectónico e inestable con las filitas azuladas y esquistos cuarzosos grises del Complejo Alpujárride – aflorantes en la estación del Chorro y la central subeléctrica-, y mas hacia el sur el Dominio de las peridotitas – lherzolitas – de Sierra de Aguas con sus envolturas cristalinas de gneises kinzigitas y granulitas de AT-AP.
En el Chorro, los plegamientos alpinos violentos y enérgicos durante la fase convulsa del Terciario (Oligoceno-Mioceno inferior) dieron origen a un desfiladero excepcional de capas subverticales desafiantes de roca caliza donde observamos las discordancias erosivas entre los materiales Jurásicos y Cretácicos, y el Mioceno marino – las molasas Tortoniense (10 mll. de años)-. Estas molasas representan antiguos surcos marinos interconectados con la Depresión del Guadalquivir formados con posterioridad a la estructuración básica de la Cordillera, en la fase de distensión epirogénica.
Por último, una georuta placentera por el borde del embalse del Guadalhorce-Guadalteba, allí donde las areniscas y conglomerados Tortonienses de aquellos mares someros próximos a la costa, atisban potentes cuñas arenosas batidas por las corrientes marinas y el oleaje que moldearon un relieve singular alomado y romo con abundantes estratificaciones cruzadas, bioturbaciones y grano-clasificación, así como una geomorfología de extraordinarias efigies y estatuas de piedra -taffonis – fruto de la erosión eólica y la abrasión de impacto por remoción de partículas de arenas silíceas.
En definitiva, todo un parque geológico “Geosite” de primer orden internacional que sorprende por su calidad ambiental y naturaleza, un templo del patrimonio geológico nacional y como no de Andalucía, en esta confluencia y encrucijada tectónica de la geología de las Cordilleras Béticas, a lo largo del contacto Zonas Externas-Zonas Internas, que debe ser interpretado y valorado en toda su magnitud en la Historia geológica del Mediterráneo.