22 de Febrero 2022. Por las molasas de Cruz del Santo Hacho de Pizarra. Aula museo de geología (Málaga)

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22 de Febrero 2022. Por las molasas de Cruz del Santo Hacho de Pizarra. Aula museo de geología (Málaga)

3alabras clave educativa: Cruz del Santo, Hacho de Pizarra, materiales postorogénicos, cuenca del Guadalhorce, molasas, Tortoniense, rocas sedimentarias marinas, areniscas, conglomerados, barras conglomeráticas, arenas, distensión, facies flysch, Oligoceno, reajustes isostáticos, taffonis, Geoparque Alto Guadalhorce.

En la cita de esta semana, el Aula Museo de Geologia Málaga continua con la labor promocional de los valores geológicos y paisajísticos excepcionales del Valle del Guadalhorce, en esta ocasión un paseo geológico por la cumbre y los Altos del Hacho de Pizarra, visitando el formidable balcón natural de la Cruz del Santo (432msnm). La Cruz representa un punto de interpretación geológica y paisajística a 360º del modelado morfológico de la Cuenca del Guadalhorce, y sus principales unidades geológicas que configuran la orografía de la comarca; al suroeste las Unidades marmóreas de Sierra de Mijas y Sierra Blanca; al oeste la Sierra de las Nieves, Casarabonela y macizo peridotítico de la Robla; al noroeste, la Sierra de Aguas, Hacho de Álora; y al norte, las unidades penibéticas de Sierra de Huma, Valle de Abdalajis y Torcal de Antequera. El Hacho de Pizarra aparte de ser un paraje geodésico emblemático de la geologia del Guadalhorce e identidad de la población, aún poco conocido por el turismo, constituirá en un futuro próximo la llave de entrada al Geoparque del Alto Guadalhorce, un elemento clave de interpretación del paisaje del valle de primer nivel y calidad internacional.

El Hacho de Pizarra junto a su “gemelo” el Hacho de Álora, las mesas de Villaverde en el Chorro y otros afloramientos molásicos de la vertiente este de Cártama (Torrealquería), Teba (norte Tajo el Molino) y Antequera (Hacho), constituyen los retazos sedimentarios desmantelados y relictos de los antiguos brazos marinos detríticos que comunicaban el Mediterráneo a través del Valle del Guadalhorce con la Depresión del Guadalquivir al NW, durante el piso Tortoniense del Mioceno superior (10 Mll.de años). Era un momento de fuerte denudación de los elementos geológicos levantados durante la orogenia alpina que culmina en el Mioceno inferior, dando lugar a pequeñas cuencas marinas individualizadas por fallas de distensión postorogénicas. En aquel momento, aquellos mares someros que recibian fuertes aportaciones y cuñas detríticas y conglomeráticas (abanicos y deltas de gravas, bolos,arenas…) del continente en fase erosiva de grandes pendientes, retrabajaban con violencia estos materiales en ambientes proximales relativamente costeros azotados por el oleaje y la migración de las corrientes marinas laterales, generando arenas detríticas mas o menos gruesas y barras conglomeráticas con manifiestas estratificaciones cruzadas, a veces fosíliferas o con fragmentos triturados de lamelibranquios y crustáceos (Ostreidos,balanus,Lima,etc..). Posteriormente al Mioceno superior durante el Pliocuaternario, estos sedimentos de fondos marinos someros fueron levantados  por fallas verticales a modo de formidables “castillos naturales” de roca arenisca, posicionados altivamente sobre el paisaje, por los reajustes verticales isostáticos tras los cabalgamientos de la fase de compresión alpina. Estas fallas individualizan el relieve molásico, “cuarteando” literalmente el macizo en extraordinarios farallones de roca consolidada areniscosa, con caprichosos desprendimientos fósiles de bloques de roca, cornisas, cantiles y cavidades de erosión eólica alveolar (taffonis).

En la zona del Hacho, las molasas (areniscas y conglomerados de grano medio-grueso) descansan sobre las unidades alóctonas del sustrato Flysch Oligoceno (arcillas-areniscas, tierras de Bujeo), terrenos mas ondulados y erosinables que ocupan las llamadas tierras bajas de Bujeo.

Todo un espectáculo para la geología malagueña del Valle del Guadalhorce y la sedimentología de facies areniscosas el poder observar la evolución postorogénica del Valle, la emersión de estos sedimentos marinos con sus características neotectónicas (fallas de distensión, juntas verticales) , y geomorfológicas por la acción de la erosión eólica (taffonis, cornisas y abrigos) o los desprendimientos fósiles de grandes bloques por descalces o vuelcos de estratos (toppling), con sus estructuras sedimentarias más tipicas (estratificación en gruesos paquetes, estratificaciones cruzadas, pipes, cuñas,etc..). Unos mares no excesivamente antiguos en nuestra historia geológica -la Era Terciaria terminal – que hoy constituyen montañas singulares en el Guadalhorce y que esconden sus secretos geológicos, aquellos que como un libro abierto, permiten al geólogo reconstruir paleogeográficamente su ambiente de formación.

Desde el aula museo de geologia y a través del impulso y promoción de los valores patrimoniales geológicos del Valle del Guadalhorce que desde hace 6 años llevamos realizando contra toda clase de dificultades, de manera autosoportada y sin apoyo ni financiación pública alguna, reivindicamos la calidad geológica del espacio y al mismo tiempo su figura clave en la interpretación de la evolución geológica postorogénica del valle, protección y puesta en valor inmediata de este espacio geológico sobresaliente y excepcional, integrador de nuestra riqueza científica, turística, cultural y patrimonial, dentro del marco geológico inmejorable de nuestro territorio y el futuro “Geoparque Alto Guadalhorce” .

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