10 de Septiembre 2022. Geotour turístico por el Chorro-Gaitanejos (Ardales). Aula museo de geología (Málaga)

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10 de Septiembre 2022. Geotour turístico por el Chorro-Gaitanejos (Ardales). Aula museo de geología (Málaga)

Palabras clave educativa: Geotour, Chorro, Embalse Gaitanejos, desfiladero Gaitanes, materiales postorogénicos, Cuenca del Guadalhorce, molasas, Tortoniense, rocas sedimentarias marinas, areniscas detríticas, conglomerados, barras conglomeráticas, arenas friables, distensión, calizas ooliticas Jurásico, geomorfología, desprendimientos fósiles, descalces, erosión eólica, taffonis, estructuras panal de abejas, Geoparque Alto Guadalhorce.

El pasado día 10 de Septiembre en acción concertada con conocidas agencias de viajes, el Aula Museo de Geologia Málaga actúo como guía turístico-geológico, en una multitudinaria concentración – en esta ocasión cambiando el campo a través y las rutas pedregosas de montaña por los caminos abiertos- para ensalzar, divulgar y dar a conocer desde una práctica visión geológica sobre el terreno al ciudadano foráneo, los valores geológicos, estratigráficos, geomorfológicos, estructurales e hidrogeológicos de este maravilloso paraje natural del Alto Guadalhorce, a través de los numerosos senderos que mantiene Parque Ardales entre el Chorro y el embalse de Gaitanenjos, puerta hídrica de entrada del río Guadalhorce al Caminito del Rey y al imponente Desfiladero de los Gaitanes.

Un relieve formidablemente erosionado entre altitudes comprendidas entre los 400-665msnm, configurado por las molasas Tortonienses – areniscas calcáreas bioclásticas groseras con tramos de conglomerados cementados -, materiales post-orogénicos de origen marino, que muestran en sus cortes naturales extraordinarios ejemplos de erosión eólica en cantiles, y estructuras sedimentarias que suministran una interesante información sobre su ambiente de formación, unos medios marinos agitados por las corrientes y el oleaje próximos a la linea de costa. Unas molasas terciarias dispuestas de forma discordante sobre los relieves calizos jurásicos – calizas ooliticas, pseudonodulosas del Malm -, y los del Cretácico superior (Capas rojas, margas y margocalizas), en el encuadre de las Zonas Externas de la Cordillera Bética.

Continuando con la labor promocional emprendida en reportajes anteriores sobre los valores geológicos y paisajísticos excepcionales del Valle del Guadalhorce, el geotour se adentra en el territorio ponderando un lenguaje ágil y atractivo evitando la monotonía de los textos o el lenguaje geológico ininteligible, donde el aprendizaje se efectúa en directo sobre lo que vemos con el visitante. El conjunto el Chorro-Gaitanejos y el consecutivo desfiladero rocoso de Gaitanes, constituye un sector emblemático de la geología andaluza y del Alto Guadalhorce, una identidad y un privilegio que ostentan los municipios entre Ardales y Álora, aún poco abierto al turismo geológico (si al comercial), necesitado de una mayor divulgación, centros de información e interpretación, museos y equipamientos culturales más consistentes que ayudarán en un futuro próximo a iluminar el conocimiento y las claves de entrada para consolidar la importancia del Geoparque del Alto Guadalhorce, un elemento clave de interpretación del paisaje del valle de primer nivel y calidad internacional, que esperemos no caiga en el olvido político y administrativo, tras el impulso privado dado por el Aula museo de Geología y el tejido empresarial y turístico de la zona.

El conjunto el Chorro-Gaitanejos junto a sus “gemelos estratigráficamente hablando” del Hacho de Álora, Hacho de Pizarra y las mesas de Villaverde así como otros afloramientos molásicos tortonienses del valle en la vertiente este de Cártama (Torrealquería), Teba (norte Tajo el Molino) y Antequera (Hacho), constituyen los retazos sedimentarios desmantelados, erosionados y relictos de los antiguos brazos marinos detríticos que comunicaban el Mediterráneo a través del Valle del Guadalhorce con la Depresión del Guadalquivir al NW, durante el piso Tortoniense del Mioceno superior (10 Mll. años). Era un momento de fuerte denudación de los elementos geológicos recién levantados, tanto de elementos maláguides y alpujárrides (Zonas Internas) como de elementos subbéticos interno (Zonas Externas), tras la orogenia alpina que culmina en el Mioceno inferior, dando lugar a pequeñas cuencas marinas individualizadas entre fallas de distensión postorogénicas. En aquel momento, en aquellas depresiones se instalaron mares someros próximos al litoral y muy retrabajados por las corrientes marinas laterales, que recibian fuertes aportaciones  erosivas del continente a través de pendientes acusadas en un relieve de equilibrio precario – cuñas detríticas y conglomeráticas , abanicos y deltas de gravas, bolos, arenas… ramblas -. El resultado potentes sedimentos muy detríticos retrabajados con violencia en estos ambientes proximales  costeros azotados por el oleaje y la migración de las corrientes marinas laterales, generando depósitos de arenas detríticas mas o menos gruesas y barras conglomeráticas con manifiestas estratificaciones cruzadas, pobremente fosíliferas o con fragmentos triturados de lamelibranquios y crustáceos (Ostreidos, balanus, lima,etc..). Posteriormente al Mioceno superior, durante el Pliocuaternario, estos sedimentos de fondos marinos someros fueron levantados  por fallas verticales a modo de formidables “castillos naturales” y farallones de roca arenisca, posicionados altivamente sobre el paisaje y expuestos a la erosión, por los reajustes verticales isostáticos tras los cabalgamientos de la fase de compresión alpina. Dichas fallas de relajación han jugado un papel decisivo en la conjunción del relieve molásico, “compartimentando” literalmente el macizo en extraordinarios farallones de roca consolidada areniscosa, con caprichosos desprendimientos fósiles de bloques de roca, cornisas, cantiles, cavidades de erosión eólica alveolar (taffonis) y estructuras en panal de abeja donde se aprecia el caracter friable de la roca arenisca.

Las molasas del Chorro y Parque Ardales (areniscas y conglomerados de grano medio-grueso) descansan sobre las unidades alóctonas del sustrato Flysch Oligoceno (arcillas-areniscas, tierras de Bujeo) con cortes próximos a Ardales y el embalse de Guadalhorce-Guadalteba originando aquí terrenos mas ondulados y erosinables que ocupan las llamadas tierras bajas de Bujeo. En Gaitanejos forman también espectaculares discordancias con las calizas ooliticas del Jurásico superior en formidables farallones y, así como con las capas blancas y rojas del Cretácico en el sector El Chorro-Tajo del Buitre y Desfiladero de los Gaitanes.

Todo un espectáculo singular y de primer orden para la geología andaluza y malagueña del Valle del Guadalhorce y la sedimentología de facies areniscosas, el poder observar la evolución postorogénica a lo largo de millones de años de este fértil Valle, la emersión de estos sedimentos marinos con sus características neotectónicas (fallas de distensión, juntas verticales), y geomorfológicas por la acción de la erosión eólica (taffonis, panal de abejas, cornisas y abrigos de rocas friables ) o los desprendimientos fósiles de grandes bloques por descalces o vuelcos de estratos (toppling), con sus estructuras sedimentarias más tipicas (estratificación en gruesos paquetes, estratificaciones cruzadas, pipes, cuñas,etc..). Unos mares no excesivamente antiguos en nuestra historia geológica – la Era Terciaria terminal – que hoy constituyen las montañas singulares del Guadalhorce – Los Hachos – y que esconden sus secretos geológicos, aquellos que como un libro abierto, permiten al geólogo reconstruir paleogeográficamente su ambiente de formación.

Desde el aula museo de geologia y a través del impulso y promoción de los valores patrimoniales geológicos del Valle del Guadalhorce que desde hace 6 años llevamos realizando en la provincia contra toda clase de dificultades, de manera autosoportada y sin apoyo ni financiación pública alguna, reivindicamos la alta calidad geológica del espacio y su repercusión internacional ante un turismo en incremento necesitado de información y centros de interpretación que den mas visibilidad y una información más ágil y fluida al contenido de la región. Al mismo tiempo un paraje necesitado de una mayor inversión e impulso administrativo, en materia de acondicionamiento, equipamientos o medios museísticos turisticos-culturales y educativos, como merece una figura clave de la interpretación de la evolución geológica postorogénica del valle, su protección y puesta en valor inmediata por su riqueza científica-geológica, turística, cultural y patrimonial, dentro del marco geológico inmejorable de nuestro territorio y el futuro “Geoparque Alto Guadalhorce” .

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