26 de Noviembre 2022. Pistas fósiles (trace fossils) en areniscas conglomeráticas del Permotrias maláguide. Aula museo de geología Málaga
Palabras Clave: Complejo Maláguide, Permotrías, facies rojas, icnofósiles, trace fossils, areniscas conglomeraticas, registro geológico, Pangea, llanuras de inundación, rellenos de canal, ambientes fluviales, marino-costeros, paleogeografia.
Los materiales del Complejo Maláguide en los alrededores de Málaga capital, al haber sido afectado por dos orogenias y los efectos del metamorfismo regional de bajo grado no son especialmente fosíliferos, lo que ha dificultado en mas de una ocasión, las correlaciones estratigráficas y asignación específica a miembros de uno u otros término geológico como es el caso del genéricamente asignado conjunto de la “serie roja” del Permo-Trías, compuesta de litotipos sedimentarios de areniscas, argilitas y conglomerados de cuarzo.
En nuestra cita geológica de hoy, vamos a hablar del hallazgo y la existencia de icnofósiles o trace fossils en estos materiales, pistas de actividades orgánicas de organismos comedores de sedimento, cuyas improntas quedaron fosilizadas en sedimentos de tipo areniscas conglomeráticas, y cuyo registro junto al litotipo presente, nos ayuda a la interpretación de tales medios sedimentarios, su reconstrucción paleogeográfica y paleoecológica en el periodo concreto.
El término genérico “Permotrías” agrupa los sistemas geológicos Pérmico y Triásico, cuyas facies sedimentarias depositadas entre el Pérmico y el Triásico poseen límites imprecisos ante la ausencia de fauna fósil característica que permita definir una edad u otra. Durante el Pérmico y tras la gran extinción masiva, dominaba la continentalización del gran supercontinente unido Pangea rodeado del oceano Panthalassa y el golfo del PaleoThethys (precursor del actual Mar Mediterráneo), el cual comienza a fragmentarse a partir del Jurásico, con la formación de otros oceános e inicio de la sedimentación de potentes series marinas profundas.
Los materiales de edad Permotriásica (230 Mll años) del Complejo Maláguide, de facies correlacionables al límite Pérmico-Trias inferior “Buntsandstein”, fueron sedimentados en amplios ambientes continentales fluviales de depósito tranquilo dentro de las denominadas “Flood plains” o llanuras de inundación próximas a la desembocadura de un río en el mar, aunque también se consideran influencias sedimentológicas marino-costeras (lacustres) relacionadas con fases de hundimiento del continente e invasión puntual del mar. En la mayor parte de las zonas continentales, el clima imperante tuvo que ser semiárido, donde las cuencas recibían importante aportaciones detríticas de elementos paleozoicos en proceso de desmantelamiento erosivo intenso.
Dentro de la serie del “Buntsandstein” en Málaga, encontramos desde la facies típicas de “flood plain” de ríos meandriformes en ambientes de inundación del valle y márgenes de canales (limos-arena muy fina), a los depósitos de “point bar” con barras imbricadas de arenas y gravas cuarcíticas maduras correspondientes a la margen opuesta convexa del depósito en ambientes mas enérgicos, y las facies gruesas de fondo de canal. Los sedimentos basales en la serie “Permotriásica maláguide” del sector (Cerrado de Calderón, El Candado, Borde este Cerro San Antón, Norte Pto de la Torre) lo constituyen las pudingas de cantos cuarcíticos muy redondeados estratificadas en paquetes gruesos, que se depositaron en abanicos aluviales rellenando las fosas dirigidas por las fallas tardihercínicas sobre el zócalo Carbonífero Maláguide (pizarras y grauwacas).
Las llanuras de inundación mas distales con sedimentos mas finos y maduros, de arenas homométricas, limos arenosos y argilitas ricas en nutrientes permitían biotas generosas, y el testimonio de pistas “icnofósiles” de una intensa actividad faunística donde predominaban los dinosaurios en las orillas de estos ríos; subsidiariamente las trazas de organismos mas pequeños que nos suministrarían abundante información respecto a dichos medios sedimentarios y sus condiciones de vida.
En esta ocasión recogemos el testimonio de las pistas “trace fossil” de estos anélidos litófagos comedores de sedimentos de hace 230 Mll de años que quedaron atrapados entre las capas con los restos de su actividad orgánica intensa, fosilizada en este caso en unos estratos de areniscas homométricas silíceas.
Una información de campo valiosa al alcance de la sociedad, todavía hoy desconocida en algunos aspectos, y donde la interpretación y visión del geólogo nos ayuda a reconstruir de donde venimos y hacia donde vamos en el registro geológico de extinciones de la Tierra y sus cambios climáticos.