28 de Mayo 2017. El Manganeso, los Montes de Málaga y el aprovechamiento histórico de sus recursos

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28 de Mayo 2017. El Manganeso, los Montes de Málaga y el aprovechamiento histórico de sus recursos

El pasado 28 de Mayo realizamos otra de nuestras visitas geológicas rutinarias a los Montes de Málaga, en este caso para hacer unas observaciones geológicas de nuestros recursos naturales menos conocidos, que tal vez tuvieran su importancia en determinados segmentos de nuestra historia.

Los Montes, un terreno quebrado por ramblas hendidas en los cauces y repoblado eficazmente entre los años 1930 y 1950 del siglo XX por ingenieros forestales locales, que llevaron a cabo en sus planes hidrológicos-forestales necesarias infraestructuras preventivas (encauzamientos, azudes de retención y laminación, obras de paso y drenaje, plantaciones y repoblaciones, caminos de servicio, tareas de limpieza de cauces, etc..), constituyó un importante hito en la ingeniería hidráulica de prevención de los desastres naturales, cuyos máximos objetivos fue el restablecimiento de la cobertura vegetal en nuestros montes y con ello el control y la mejora de la permeabilidad del subsuelo frente a las puntas torrenciales de precipitación, paliando con ello los efectos de las inundaciones.

Allí las laderas con más de 30º grados de inclinación, formadas por materiales paleozoicos (esquistos,pizarras,grauwacas,diabasas, liditas, metaareniscas) de la Era Primaria de los periodos Precámbrico-Carbonífero (570-300Mll.años) del Complejo Maláguide, constituyen un relieve áspero e impermeable, donde el drenaje de las precipitaciones se efectuaba anteriormente a las repoblaciones, de forma rápida y repentina en superficie sin apenas infiltración subterránea, concentrando puntas desastrosas de caudales en los embudos de confluencia de cauces y arroyos, a lo largo de la Cuenca del Guadalmedina.

Pero los Montes de Málaga, además de su importancia hidrológica y erigirse en pulmón verde de la ciudad de Málaga, también encierra valores geológicos importantes relacionados con nuestros recursos naturales. Los plegamientos, las fallas e intrusiones tardías de rocas subvolcánicas miocenas, episodios geológicos formados en al menos dos orogenias, la hercínica y la alpina dieron origen a mineralizaciones filonianas y estratiformes de cobre e hierro, algunas de las cuales ya fueron presuntamente trabajadas a escalas de economías familiares durante la época del cobre, Calcolítico (5.000 años), así como otras minoritarias de plomo,zinc,manganeso y cobalto.

Pero sin embargo, estas metalizaciones menos conocidas y aflorantes en superficie, quizá tuvieran su importancia en la economía local malagueña durante la época nazarí (siglo X), siendo el motivo la demanda del arte y la cerámica, y algunos procesos relacionados con el acabado de las manufacturas y la creatividad; nos referimos a los pigmentos de manganeso del cual nos ocupamos, que junto al cobre, el óxido de plomo y los vitriolos de cobalto era las materias primas más codiciadas por los gremios de artesanos locales y ceramistas de Al-Andalus.

Vidriados, esmaltes, la técnica de cuerda seca y esgrafiados sobre cerámicas claras y las arcillas de nuestros magníficos barros malagueños, pudieron ser sus mayores aplicaciones. Aquí el geólogo pone al alcance de la historia el conocimiento, si bien es tarea de otros profesionales el establecer cronologías y las relaciones vinculantes con dichos afloramientos.

Todorokita con veta de cuarzo

Todorokita con veta de cuarzo

Todorokita. Hidróxido de manganeso pulverulento

Todorokita. Hidróxido de manganeso pulverulento

Efectivamente, allí en los Montes de Málaga, el manganeso rellena fisuras e impregna las caras de las pizarras, las grauwacas, y especialmente las llamadas “liditas” Carboníferas. Las liditas son rocas sedimentarias de precipitación química, silíceas, del Carbonífero (300 Mll-años) que forman capas bien estratificadas y tableadas, formadas por caparazones de radiolarios silíceos y cemento de calcedonia, de color gris claro o incluso negra, según contenidos en materia orgánica y pintas de pirita u óxidos de hierro. A menudo intercalados en la serie, se encuentran lentejones terrosos de la variedad de manganeso “Todorokita”, una mezcla de hidróxido de manganeso, aluminio, magnesio y bario que acompaña a la pirolusita y la criptomelana, normalmente pulverulenta y pigmentaria. Su origen está relacionado con fondos marinos tranquilos, donde fumarolas volcánicas aportaron sílice, y micro-organismos relacionados con estos ambientes geotermales, segregaban este material en sus caparazones. Es en definitiva un chert, que además de contener mineralizaciones de manganeso relacionados con estas fumarolas y actividad hidrotermal submarina, contienen nódulos de fosfatos de interés económico.

Cobre, hierro, manganeso, plomo, zinc, y cobalto, junto a rocas industriales como las diabasas, pizarras y areniscas “piedras de asperón”, fueron lo suficiente para alimentar de materias primas las economías locales de la antigüedad.

En resumen, que nuestros montes son portadores de cantidades de materias primas y fuente de riqueza, que sin duda fueron objeto de atención y codicia por parte de nuestras antiguas civilizaciones, cuyos dirigentes establecían sus códigos competitivos de demanda de productos e intereses comerciales (cobre, manganeso, hierro, plomo, etc…).

Un valor añadido de nuestra tierra, como forma de intercambio comercial y moneda de crédito del desarrollo de nuestras sociedades  más primigenias, en sus manifestaciones mas diversas (el arte, la industria, el comercio, etc..).

 

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